El aeródromo de Astorga ya es una realidad para los aficionados a volar

“La pasión por los vuelos la llevas en la sangre”, explica Roberto Alonso. Hace cuatro años, los aficionados de altos vuelos de Astorga y los alrededores comenzaron a juntarse en Celada de la Vega a través del Club deportivo ‘Campo de vuelo’ de Astorga. Hoy en día, los 16 socios que conforman el club han convertido su sueño en una realidad y tienen su propio espacio certificado y legalizado para llevar a cabo sus vuelos: el aeródromo de Astorga.

Apenas a seis kilómetros de Astorga, en un paraje llano y acondicionado en el término municipal de Villaobispo de los Oteros, entre las juntas vecinales de Sopeña de Carneros y La Carrera de Otero está el Aeródromo de Astorga. Un lugar donde los aficionados a volar se reúnen para practicar su pasión. En un hangar donde caben hasta seis aviones se encuentra el KitFox verde y amarillo de Antonio Mandayo, presidente del Club. Tienen una pista de aterrizaje de 800 metros, y nueve hectáreas para manejar los aviones. “Cualquier avión puede aterrizar en el aeródromo”, cuenta Mandayo, que además tiene su propio código OACI, que sirve para identificar cualquier aeropuerto del mundo.

Todos los gastos han sido sufragados por parte de los socios, así como el acondicionamiento de la pista de aterrizaje y la construcción del hangar, “la verdad es que no hemos recibido ayuda económica por parte de ninguna institución, pero mantenemos este espacio abierto a todo el público”, explica Mandayo.

Son pocos los aficionados a volar, por lo que se conocen entre ellos. El club tiene miembros de Astorga y alrededores, de León e incluso un socio de Bilbao que debido a sus circunstancias familiares vuelve a menudo para volar desde Astorga. Sin embargo, y curiosamente, no hay ninguna mujer entre sus filas, “es raro, pero no tenemos ninguna mujer, aunque nos gustaría que vinieran ellas también a probar a volar”, dice Antonio mientras pasea por el aeródromo.

Proyectos de futuro

De cara al futuro, tienen previsto ofrecer vuelos a vela, que no necesitan motor, e incluso una escuela para pilotos. Cualquier persona que desee introducirse en el mundo de los altos vuelos puede ponerse en contacto con el club a través de su página en Facebook o de su página web, donde se encuentran los contactos de los miembros.

“Podemos llevar en nuestros aviones a las personas interesadas en volar, y que luego decidan si quieren sacarse el título de pilotos”, explica Antonio. No es una afición tan cara como hemos creído hasta la fecha, ya que si una persona quiere realmente volar, en el Aeródromo de Astorga ofrecen una hora de vuelo desde 20 euros. Además, no hace falta tener un avión propio, ya que hoy en día muchas personas comparten el gasto de compra y mantenimiento de un avión, “volar no es más caro que andar en moto”, compara Roberto.

Vuelos sin motor

Otro de los proyectos en el aeródromo de Astorga son los vuelos a vela, “tenemos las instalaciones preparadas y vendrían desde Galicia y Asturias para poder realizar vuelos sin motor”, explican.

Además, en febrero o marzo una de las etapas de la Ronda Ibérica llegará hasta Astorga, una actividad donde pilotos de todas partes de España hacen un reorrido por la península. “Depende de lo que la climatología permita”, añade Roberto, porque con lluvia o tormentas es muy difícil que puedan despegar y volar en condiciones óptimas.

Experiencia

No hace falta tener una gran experiencia para aficionarse a volar, “la experiencia llega a partir de las 100 horas de vuelo”, cuenta Antonio. “Siempre estamos aprendiendo, y nunca llegarás a saberlo todo”, añade. Tanto Antonio como Roberto, así como Valentín Cabezas, tesorero del club tienen sus títulos de piloto. “Cada vez que sales a volar es una aventura, dado que puede haber tormentas que te pillen de imprevisto u otras circunstancias”, comenta Antonio.

A lo largo de los años las anécdotas han sido muchas, pero con una sonrisa me dicen que no me las pueden contar, no sea que vaya a asutar a los lectores. Sólo tienen una “manía” antes de salir a volar: “revisar el avión perfectamente, aunque acabes de aterrizar y tengas previsto salir en 10 minutos, hay que volver a hacer una revisión completa del aparato, así se evitan los disgustos”, finaliza Valentín.

El club deportivo ‘Campo de vuelo’ de Astorga es una asociación sin ánimo de lucro que, entre 16 socios, han buscado la forma más económica de poder llevar a cabo su pasión: volar.