juicio por el crimen de isabel Carrasco

La acusación pide no demonizar a la víctima y afirma que el plan fue urdido conjuntamente

El fiscal insiste en que fue necesaria la colaboración de las tres acusadas para cometer el crimen
De izda a dcha, el Fical Jefe y los dos abogados de la acusación (J. Casares / EFE / Pool / Ical)

Durante la presentación de alegaciones de las partes en el juicio que comenzó hoy en la Audiencia Provincial de León por la muerte a tiros de Isabel Carrasco, el fiscal recordó que su papel es el de defensa de la sociedad y añadió que “si yo acuso, es porque estoy convencido de ello”. También dijo que considera a las tres acusadas, Montserrat, Triana y Raquel, responsables por igual de un delito que califica de asesinato y que estaba planificado por todas ellas.

Carrasco murió, dijo, tras ser seguida por Montserrat, disparándole un tiro mortal y otros tres después para rematarla -dos de los cuales le alcanzaron-. “Eso es un asesinato sin ninguna duda porque la víctima no tuvo ninguna posibilidad de defenderse. Se cometió con frialdad y precisión, disfrazada para que no la reconocieran y si no hubiera sido por el policía que se la encontró en la pasarela, hubiera sido prácticamente imposible resolver el caso”, detalló.

Triana y Raquel colaboraron con actos necesarios y sin su colaboración no la hubieran matado, añadió, antes de recalcar que esa participación conjunta fue determinante para la ejecución del delito. Respecto a las pruebas que plantea, incidió en las declaraciones de las acusadas, perijates y la comparecencia de 45 testigos. Para concluir, quiso advertir al jurado de que la defensa intentará “probar la maldad de Isabel Carrasco” y manifestó que “aquí no estamos para juzgar a quien está muerta, nadie tiene derecho a matar, nada justifica la muerte y para ver si una persona tiene alteradas sus facultades mentales, se recurre a médicos, no a los testigos, que no pueden saberlo”.

La abogada de la hija de Carrasco, Beatriz Llamas, aludió al daño irreparable hecho. “Se ha cometido un asesinato, nada puede justificar un crimen y este delito es lo único que tienen que juzgar ustedes”. Carrasco, dijo, fue la víctima de un plan “perfectamente estructurado y organizado, urdido por las tres. Es un trabajo en cadena perfectamente planeado”, dijo antes de asegurar que Raquel llamó a Triana para saber si todo iba según lo planeado después de que madre e hija fueran detenidas.

También señaló que puede que en el transcurso del juicio se intente demonizar a Isabel Carrasco y que los argumentos de que Montserrat estaba trastornada no son ciertos. “Ni era tonta ni estaba loca porque cualquier persona que no esté perfectamente cabal la hubiera disparado en cualquier otra ocasión. Ellas no querían ser reconocidas”, subrayó. Montserrat, dijo, consideraba a Carrasco la culpable de todas las desgracias de su hija. Respecto al supuesto incidente sexual, lo considera una estrategia de la defensa y una “historia rocambolesca”, a la que recurrió Triana seis meses después de estar en prisión.

Disculpar a Raquel, apuntó, responde a intentar demostrar que no había una plan ideado por las tres. La agente, remarcó la acusación particular, “fue el tercer elemento necesario” y respecto al supuesto bloqueo que habría sufrido ella al conocer la noticia y a las 30 horas que tardó en entregar el arma que Triana había depositado en su coche, apuntó que habría sido “miedo”. “Pensaría en todo lo ocurrido y en que si no hablaba y lo hacían madre e hija, irían a por ella”, argumentó.

“Una persona inocente habría acudido a ver qué había pasado cuando supo que su amiga había sido detenida y el teléfono de pre-pago que usó Triana para llamarla ya lo conocía porque la había telefoneado antes con él”, continuó antes de decirle al jurado que asesinar es fácil “pero lo difícil es salir impunes y el plan que tenían las tres era casi perfecto. Ustedes nos ayudarán a hacer justicia”, concluyó.

Carlos Rivera, representante de la pareja sentimental de Carrasco aludió de una “ejecución alevosa, fría y sanguinaria”. El abogado vaticinó al jurado que “van a intentar que piensen que la víctima está bien matada y que era casi necesario matarla, a condicionarles hablando de la corrupción de la política y puede que las asesinas se nieguen a contestar a las preguntas de la acusación particular”.

Su intención, explicó, es la de demostrar que Montserrat empleó más de dos años en preparar el asesinato, lo que implica que no padece ningún trastorno, disparó “como una auténtica profesional, entrenada no sabemos con quién” y que la justificación que hace del asesinato es meramente económica, por haber frustrado sus expectativas de “vivir bien sin trabajar”. Respecto a Triana, comentó que es “muy inteligente, por encima de lo normal” y madre e hija tenían una dependencia mutua.

“Que me digan cómo podría salir perfecto el asesinato sin la huída perfecta”, cuestionó al exponer l implicación que atribuye a Raquel Gago en los hechos. “Se va a intentar enturbiar la decisión final pero no hay que olvidar que el arma la disparó Montserrat, que la recogió Triana y que la guardó Raquel”, sentenció. El abogado Ricardo Gavilanes, que representa al PP, habló de “frialdad y maldad” en la ejecución del plan para matar a Carrasco. Considera, sin ningún género de dudas, que las tres son autoras del asesinato.

 

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