900 años de hospitalidad astorgana

En 1121 las hijas de Alfonso VI 'El bravo' donaron a la Cofradía de San Feliz un solar que desde hace 900 años siempre ha sido lugar para la atención de enfermos y peregrinos

En 1121 dos de las hijas del rey Alfonso VI de León, las hermanas Sancha y Elvira, donaron en Astorga un solar con pozo y huerto para la construcción de un hospital para enfermos y peregrinos a la Cofradía de San Feliz. Hoy en día es el único de los antiguos hospitales jacobeos que acoge a peregrinos y, junto con Burgos, uno de los más antiguos de España.

Alfonso VI ‘El bravo’ fue uno de los monarcas leoneses más activos para promover el Camino de Santiago y la hospitalidad jacobea. Varias de las iniciativas políticas se vincularon a la causa jacobea y a su camino de referencia, el Camino francés. Impulsó la dotación de servicios, promoviendo varios hospitales de peregrinos en tierras leonesas, burgalesas y gallegas. Activó además la mejora de la seguridad y monumentalidad de la ruta y de su trazado, promoviendo, entre otras acciones, nuevos puentes. Las crónicas recuerdan a este rey como promotor de la reparación de “todos los puentes desde Logroño a Compostela”. En ese contexto, no es de extrañar que Sancha y Elvira, hijas del rey y su esposa Isabel, concedieran este terreno a la cofradía astorgana para encargarse de los enfermos y los peregrinos.

El documento para la cesión del solar donde hoy se encuentra el Albergue Siervas de María que gestiona la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga se conserva en el Archivo diocesano y ha sido utilizado por varios historiadores. “El documento que se conserva en el archivo data del siglo XIV, no es el documento original, sino una copia perteneciente a la Cofradía de las Cinco Llagas que aunaba las cofradías astorganas”, cuenta Juan Carlos Pérez, presidente de la Asociación astorgana.

Desde su donación a la Cofradía de San Feliz en 1121 hasta la actualidad, el espacio siempre ha sido lugar para la atención de los enfermos. Hasta llegar a las anteriores responsables del terreno, las monjas enfermeras Siervas de María a quienes homenajea el actual edificio que data de finales de los años 40 del siglo XX. “Aunque ya han pasado los años, el recuerdo es que ellas estuvieron aquí, en este edificio e hicieron una gran labor de atención a los enfermos. La gente mayor recuerda esperar en la puerta para que les pusieran las inyecciones, cuando ir al médico o poner una inyección costaba dinero. Además, en el mismo lugar donde se encontraba el botiquín de las monjas, se encuentra ahora nuestra sala para atender las heridas y necesidades de los peregrinos”, relata Pérez.

Botiquín del albergue de peregrinos. / CCU

No existen datos sobre la construcción del actual edificio, sin embargo se trata de un curioso diseño arquitectónico dentro de la arquitectura astorgana en el que la fachada y los arcos de las ventanas varían en función de la planta en la que se encuentren. En noviembre de 2005 la Asociación de Amigos del Camino de Santiago se hizo cargo del edificio, por mediación de don Emilio, párroco de San Bartolomé, ya que las monjas vendían el edificio. “Nos llamó el propio párroco para hablarnos de la venta y que sería bueno si la asociación se hiciese cargo. Fue un gran apoyo ya que actuó como enlace para contar a las monjas para qué se iba a destinar el espacio y ellas estuvieron encantadas con la propuesta. Aunque no se quedaron en Astorga, siempre han estado pendientes y una de las monjas que veraneaba aquí siempre se ha acercado para verlo”, recuerda Juan Carlos Pérez.

Hospitalidad astorgana

Define el diccionario de la Real Academia de la lengua Española hospitalidad como la “virtud que se ejercita con peregrinos, menesterosos y desvalidos, recogiéndolos y prestándoles la debida asistencia en sus necesidades”. La historia de la hospitalidad astorgana está documentada desde hace 900 años atrás y no tiene intención de terminar su labor. El albergue público Siervas de María de Astorga tiene capacidad para acoger hasta 154 de los peregrinos que cada día llegan a la ciudad bimilenaria.

“Ahora, por la situación sanitaria en la que nos encontramos tenemos el albergue al 50% de su capacidad y, aunque normalmente no admitimos reservas, ahora sí que tenemos que hacerlo por la situación actual”, explica el presidente Pérez. Voluntarios de todas partes del mundo llegan a lo largo del año hasta Astorga para convertirse en hospitaleros por unas semanas, personas que reciben a los peregrinos y atienden sus necesidades, ya sea físicas, espirituales o de información. “Los hospitaleros vienen y se ofrecen como voluntarios desde una docena de países diferentes y es un valor añadido para que los peregrinos decidan convertir Astorga en final de etapa. Al fin y al cabo, cuando llegan peregrinos de algunas nacionalidades pueden hablar en su idioma nativo con los hospitaleros que aquí les atienden”, cuenta Juan Carlos.

La singular fachada del albergue de peregrinos de Astorga. / CCU

Los hospitaleros llegan a Astorga por muchos motivos, algunos son peregrinos que ya hicieron el Camino de Satiago y esta es su forma de seguir en contacto con la ruta espiritual, otros llegan gracias a los convenios que la Asociación astorgana firma con otros países. “Muchos hospitaleros son antiguos peregrinos, pero nosotros además creemos que es la forma de introducir a la juventud en el Camino de Santiago. Vienen jóvenes que solicitan hacer aquí su voluntariado y al cabo de unos días nos piden tiempo para hacer ellos el recorrido jacobeo. Tienen la mente abierta para aprender y al ver a los peregrinos llenos de energía sienten curiosidad por conocer de primera mano el Camino de Santiago”.

El de hospitalero es un trabajo fundamental para el Camino de Santiago y el 30% de los hospitaleros son jóvenes. “Antes de que llegara la pandemia, en 2019, la Asociación de Municipios del Camino de Santiago (AMCS) logró un convenio para que universitarios hicieran voluntariado en los albergues de Jaca, Burgos, Astorga y Ponferrada, así como en la oficina del peregrino de Santiago de Compostela. Algunos llegaron sin conocer el Camino y decidideron experimentar ellos mismo la ruta”.

Camino Santiago

El Camino de Santiago fue la ruta de peregrinación más importante de la Europa medieval y en 1987 fue nombrado primer itinerario cultural europeo y fue incluida por la UNESCO en su Lista del Patrimonio de la Humanidad en el año 1993. Supuso, durante la Edad Media, el intercambio cultural y social entre los reinos hispanos y el resto de Europa y uno de los trayectos más transitados del mundo. En la Edad Media cobró especial relevancia el ‘Camino Francés’ el recorrido jacobeo que puede comenzar tanto en Roncesvalles como en Saint Jean Pied de Port.

El itinerario francés es el más conocido de todos los caminos de peregrinación a Santiago, aunque no el único, por lo que en los últimos años ha tenido que competir con otras rutas jacobeas. “Hace diez u once años el Camino Francés se llevaba el 80% del total de peregrinaciones a Santiago, sin embargo en los últimos años se ha perdido el 30% de esas peregrinaciones totales que ahora se las llevan rutas como el Camino Portugués”, explica Pérez. Señala que no se han perdido en términos de cantidad de peregrinos, sino en que los peregrinos ya no eligen el Camino Francés para llegar a Santiago.

Otro de los problemas que deriva en la pérdida de afluencia es el hecho de que la compostelana se da con hacer 100 kilómetros en peregrinaje a Santiago, por lo que mucha gente decide empezar ya su peregrinación en Galicia. “Desde 2016 y son más los peregrinos que comienzan en Galicia que los que comienzan fuera. Entendemos que con este recorrido se pierde el verdadero sentido de la peregrinación, que es conocer a las demás personas que están realizando el Camino e interactuar con ellos y aprender de sus vivencias y su experiencia. En cuatro o cinco días que se tardan en hacer los últimos 100 kilómetros eso no se produce”, lamenta Juan Carlos Pérez.

No sn datos preocupantes, pero sí son para estudiar, señala el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Astorga, para que no llegue a perderse el verdadero significado del Camino de Santiago. “El Camino de Santiago es tener una ventana real abierta al mundo, si estás abierto a todas las experiencias es algo que no tiene precio. Como ciudadano de Astorga, el valor que supone el Camino para las localidades, no es solo cuestión de dinero, sino la posibilidad de apertura que tienes a casi todo el mundo y de que te conozcan”.

Albergue de peregrinos de Astorga. / CCU
Print Friendly, PDF & Email