R. Travesí El 76 por ciento de las empresas familiares de la Comunidad valora la situación económica de su negocio como “positiva” o “muy positiva” para el próximo año. Solo un 6 por ciento tiene una impresión negativa respecto al futuro de su empresa mientras que un 18 por ciento se muestra cauto en sus previsiones. Fruto de estas buenas perspectivas recogidas en el quinto Barómetro de la Empresa Familiar, elaborado por KPMG en colaboración con las asociaciones territoriales vinculadas al Instituto de Empresa Familiar, es que el 64 por ciento de los asociados en la Comunidad contempla realizar inversiones en innovación y nuevas tecnologías en sus planes estratégicos, muy por encima de la media nacional del 40 por ciento.
El informe, al que ha tenido acceso la Agencia Ical, señala que la confianza en el futuro se apoya en los buenos resultados de los principales indicadores de negocio. Tres de cada cuatro compañías han aumentado su facturación en el pasado ejercicio. Además, de ellas, el 54 por ciento ha visto crecer sus ventas netas entre en un 6 y un 25 por ciento.
La mayoría de los encuestados atribuye este incremento a una mayor demanda en el mercado, así como al desarrollo de nuevos productos y/o servicios. Además, el 92 por ciento de los encuestados responde que utilizará estos ingresos adicionales para reinvertirlos en el negocio dentro de las áreas de marketing, producción o al desarrollo de infraestructuras.
La inversión en innovación es la segunda en importancia, solo por detrás de la actividad principal, en la que planean invertir un 71 por ciento de las empresas con planes de inversiones. En tercer lugar, en los planes de un 50 por ciento de los encuestados se encuentra la inversión en internacionalización. A nivel nacional, el ranking de prioridades de inversión cuenta con el mismo orden, aunque con un peso diferente ya que un 68 por ciento de las compañías que planean inversiones lo hará en la actividad principal, y un 39 por ciento las que quieren apostar por la internacionalización.
El Barómetro de la Empresa Familiar considera que la competitividad de los negocios también pasa por contar con profesionales cualificados, razón por la cual la mitad de los encuestados planea inversiones en el área de recursos humanos.
Más empleo
También son positivos los datos de empleo. No en vano, el 92 por ciento de las empresas de Castilla y León ha creado en el último año nuevos puestos de trabajo o los ha mantenido, mientras solo un 8 por ciento ha hecho recortes de plantilla. Asimismo, la evolución de la presencia internacional ha registrado buenos resultados, con un 73 por ciento de las compañías que declara haber aumentado su actividad en el extranjero. Con estos datos, ya son más de un 70 por ciento las empresas de la Comunidad que se encuentran internacionalizadas.
A pesar del optimismo generalizado, las empresas familiares se enfrentan también a un entorno complejo que no está exento de retos. En este sentido, un 59 por ciento apunta a la incertidumbre política vivida durante el último año como el mayor desafío al que se enfrentan en la actualidad. El aumento de la competencia, señalado por un 65 por ciento y la disminución de la rentabilidad, destacada por un 35 por ciento, le siguen como los principales obstáculos observados por las empresas familiares españolas.
Con vistas a seguir creciendo, casi una mitad de las empresas de Castilla y León piensa que la reducción de la burocracia ayudaría a su negocio a prosperar. Esta idea se encuentra mucho más extendida en la Comunidad que en el conjunto de España (un 47 por ciento frente a un 21 por ciento a nivel nacional). La rebaja de impuestos también toma fuerza entre un 41 por ciento de los encuestados como medida que ayudaría a impulsar las perspectivas de crecimiento de su negocio. Por su parte, así lo piensa más de un tercio si se redujeran las contribuciones a la Seguridad Social.
Importancia del legado
Otro elemento característico de la empresa familiar es la propiedad de la misma y los planes de sucesión que contemplan para que perdure el negocio. Uno de cada cinco encuestados admite que a lo largo de los próximos 12 meses traspasará la gestión, la titularidad o el gobierno de la compañía a la siguiente generación, mientras que solo el 7 por ciento reconoce que está pensando en vender la sociedad.
La importancia del legado en la empresa familiar se confirma con el hecho de que un 58 por ciento declara que la siguiente generación ya ocupa cargos directivos en la compañía. En todo caso, desde hace años se observa una mayor tendencia a dar entrada en este tipo de compañías a gestores y directivos ajenos a la familia, hasta alcanzar el 87 por ciento en esta edición.
En la misma línea, el gobierno corporativo, los planes de sucesión y el control de la compañía son, por este orden, los tres principales factores que garantizan el éxito de una empresa familiar, que no es ajena a la enorme transformación a la que se está viendo sometida por el avance de la era digital. Prueba de ello es que el 49 por ciento de los encuestados identifica como mayor reto el constante cambio al que se ve sometido el entorno empresarial.