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Jose Luis Barreales Astorga se convirtió por un día en capital del Principado. Más de 2.000 asturianos llegaron a la ciudad bimilenaria. Y porque se había vendido todo el papel. La Eragudina se quedó pequeña. Sino se podría haber rozado los casi 5.000 que llegaron a León en el encuentro de los ovetenses ante la Cultural.
La marea azul llenó las calles y plazas astorganas desde primera hora de la mañana. El único pero, que la lluvia deslució un poco la jornada. Aún así fue una gran fiesta. Una celebración que será recordada durante años y años en la capital maragata. Los puntos se fueron para Vestusta, Astorga se quedó con una buenísima caja en estos momentos de crisis.
Bares y restaurantes han hecho su particular agosto a finales de noviembre. La afluencia de seguidores obligó a que el club tuviera que multiplicar esfuerzos para que el choque se viviese de la mejor forma posible. Incluso la presidenta Sagrario González aseguraba en la previa, en los micrófonos de Radio Marca León, que había “hablado con los hosteleros de la ciudad para que no se suban los precios” y que la parroquia carbayona “no piense que viene a que la engañemos”.
Más de cuatro horas achicando agua
“Aquí trabajamos todos. Esto es un club modesto”. Estas palabras salían de la boca de Miguel Tornadijo, el padre del entrenador verde. Cerca de las once de la mañana y hasta 
las tres de la tarde, él mismo, junto a su hijo, la presidenta, directivos y operarios del club se pusieron a drenar agua del césped de La Eragudina. “Si no lo hacemos, no se hubiese jugado. Incluso se pintó el campo en varias ocasiones mientras sacábamos el agua. Este campo no drena como el de Somozas el pasado fin de semana”, aseguraba, con una sonrisa, Carlos Tornadijo antes de sentarse ante los medios de comunicación tras el partido.
Los aficionados verdes llegaron al campo con ganas de disfrutar de este evento único en la historia del club, pero veían muy complicado quedarse con los tres puntos ante el todopoderoso Real Oviedo. Con el paso de los minutos se fueron viniendo arriba, creyendo que sus jugadores no eran inferiores a los azules, que por garra no les iban a ganar, que Taranilla podía mirar de tú a tú a Generelo o Font, futbolistas que han jugado en Primera muchos partidos, que si Estaban salvaba de un gol cantado a los suyos, Javi podía hacer lo mismo… ¡Qué partido! Como dijo el veterano guardameta Javi Díez: “El partido que siempre soñé jugar”.
