Los préstamos online siempre han estado ahí, pero ahora, con la complicada situación que se está viviendo en todo el mundo a causa del coronavirus, y con la amenaza de una vuelta al confinamiento, vuelven a sobresalir. Muchas familias y negocios lo están pasando mal económicamente por las circunstancias que se están viviendo, y contar con estos productos para sortear cualquier bache de dinero parece la mejor opción.
Pero, ¿es aconsejable pedir un préstamo online en tiempos de COVID-19? No hay una respuesta única, pero sí que es posible orientar a todo el que tenga esa duda subrayando lo positivo y lo negativo de esta propuesta que firman tantísimas financieras disponibles en la red de redes.
Pedir un préstamo online en tiempos de coronavirus, ¿sí o no?
¿Es buena idea pedir un préstamo online en estos tiempos tan complicados? La respuesta depende de cada consumidor, aunque para que resulte más fácil dar con ella, conviene conocer antes tanto lo bueno como lo malo de estos productos financieros. Vamos a repasarlo todo a continuación:
Lo positivo
Las razones positivas no son pocas, ni tampoco ligeras. Para empezar, todo el que vaya a pedir un préstamo por internet tiene de su mano una gran cantidad de páginas que se encargan de comparar las principales propuestas de las financieras que hay en la red. De ese modo, pueden analizar rápidamente cuáles son las que mejor encajan con lo que necesitan y con lo que buscan realmente a la hora de pedir una inyección de dinero.
Portales como 24prestamo.es son buenos para tener esa información de base que te lleva directamente a la entidad a la que quieras recurrir. Sin embargo, este no es el único factor a favor de los préstamos en línea. La segunda razón positiva por la que recurrir a ellos es la transparencia de los más profesionales. Dejan claras todas sus características desde el primer momento y no dan lugar a engaños, ni a cláusulas sorpresa, ni a nada que pueda ser contraproducente para aquel que solicita el dinero.
A todo esto hay que añadir las dos grandes bazas de estas soluciones, que son la rapidez y la comodidad. Pedir un préstamo por este medio es tan fácil como conectarte a internet, rellenar un formulario, indicar la cuantía y esperar unos minutos. El proceso es así de rápido, y lo mejor es que se puede llevar a cabo desde cualquier parte, ya que solo es necesario disponer de una conexión y, como mucho, fotografiar algún documento de identificación para verificar que no hay suplantación de identidad.
Aspectos que diferencian muchísimo a este tipo de préstamo del resto, que destaca sobre todo porque no hay trabas burocráticas, ni complicados procesos de presentación de documentos, ni citas que se alargan en el tiempo. Nada de eso. Todo se hace al momento y a través del móvil si se desea. Por eso han ganado tanta popularidad en los últimos años.
Lo negativo
En la parte negativa encontramos varios puntos bastante importantes. El primero tiene que ver con las estafas online, que se han disparado en estos tiempos de pandemia. Las compañías de préstamos online falsas son muchas más de lo que parece, y eso hace que este terreno sea algo más peligroso de lo que cabría esperar en primera instancia. Eso, precisamente, es lo que vuelve a dar importancia a las webs comparadoras de préstamos, ya que son las que se encargan de comparar y mostrar únicamente las empresas reputadas, fiables y profesionales.
Por otra parte, el lado negativo de los préstamos por internet es que son otra deuda a acumular. En el caso de que quieras solventar algún pago inesperado, debes saber que esto no va a hacer que te despreocupes del dinero, porque tendrás que pagarlo aunque sea en mensualidades. De hecho, aquí entra en juego otro punto en contra: los intereses.
Son cargos extra que debes pagar por la gestión del crédito recibido. Las entidades que son realmente buenas suelen moverse en márgenes lógicos, pero hay otras que disparan este aspecto. No han sido pocos los casos que han acabado en tribunales por préstamos online que obligaban a pagar hasta el triple del importe que se había pedido, y todo por unos intereses que se habían camuflado bastante bien.
El último punto negativo tiene que ver con las cláusulas y los plazos. Aunque ya hay leyes que se posicionan a favor del cliente en este terreno, se siguen dando casos de financieras que abusan de sus clientes con excesivos sobrecostes en caso de solicitar prórrogas de plazos, algo que aprovechan a su favor al colocar tiempos de devolución excesivamente bajos para altos importes.
Es una balanza que cuesta equilibrar, aunque no es imposible hacerlo. Con mucho detenimiento, puedes dar el paso y pedir un crédito por internet en estos días tan difíciles con algo más de certeza. Aun así, siempre es más aconsejable descartar esta opción y recurrir a los ahorros, siempre y cuando estos sean algo a lo que puedas recurrir.