La X Legislatura ha concluido de una forma lamentable. Es verdad que ha habido, en estor cuatro últimos años, cosas positivas: la economía ha mejorado un poco, ha descendido algo el número de desempleados, los ricos son mucho más ricos, los bancos ganan dinero a espuertas y ya está.
Pero, enfrente, nos encontramos con un panorama desolador:
Los bancos siguen chorizando el dinero de los ciudadanos a base de las cláusulas suelo y otras menudencias, los pobres son más pobres, y ya no basta con tener un empleo para salir de la pobreza, nuestros hijos siguen emigrando en busca de una oportunidad y, hasta que ésta aparece, miles de prometedores universitarios sacan brillo a platos y cacerolas de bares y restaurantes europeos con una expresión en la que se mezclan el desánimo y la perplejidad de quien no entiende lo que está pasando. Esto en lo más importante.
Hay, además, otros “elementos menores” que, entre todos, han hecho de esta Legislatura algo que hay que olvidar cuanto antes.
Un expresidente de una Comunidad Autónoma –Jaume Matas– en la cárcel. Otro, Jordi Pujol, sospechoso, junto a su esposa e hijos, de choriceo, fraude, tráfico de influencias y alguna otra cosilla.
Un ex vicepresidente del Gobierno de la nación y expresidente de una de las entidades bancarias más importantes del país, Rodrigo Rato, acusado de lo mismo, aproximadamente.
Dos partidos en el gobierno –uno en Cataluña y otro en España– investigados con relación a delitos de trapicheo, comisiones, fraude fiscal, dinero negro y cosas por el estilo.
Una Ley de Seguridad Ciudadana que restringe libertades los ciudadanos y bautizada popularmente como “ley mordaza” nombre que lo dice todo.
En estos cuatro años hemos visto, además, nacer algunos partidos políticos, Podemos y Ciudadanos; morir otros, UPyD, con una lideresa, Rosa Díez, que no ha estado a la altura de las circunstancias. Lleva décadas sin estarlo; agonizar alguno, IU, víctima de sus dirigentes…
Menos mal que ya están convocadas las elecciones –20-D– en las que daremos su merecido a los malos, a los tramposos, a los chorizos, a los bancos. Pagará impuestos todo dios, se creará empleo de calidad, nuestros emigrantes retornarán y Cataluña nos pedirá de rodillas que no la echemos de España.
¡Jajaja!
Excelente artículo,ojalá se cumpla todo lo expuesto.es deseo de muchos españoles.