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DA Más de 20.000 personas se dieron cita a lo largo de toda la jornada de hoy en la Feria del Ajo de Santa Marina del Rey, renovando la fuerza que esta cita ancestral tiene desde hace ocho siglos y medio.
Buena parte del éxito se basó, un año más, en el número y variedad de expositores de este producto estrella. Este año, el centenar de productores y vendedores procedentes de numerosas partes del país ofrecían en total 30.000 kilos de ajos para todos los gustos, blancos y morados, sueltos o en ristras. Unos precios contenidos y un clima no tan caluroso como en días anteriores hicieron el resto.
Un testigo especial del bullicio que desde primera hora presentaba el mercado, con abundante presencia de artesanos, fue el subdelegado del Gobierno en la provincia de León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que acompañó desde la una de la tarde al alcalde de la villa, Francisco Álvarez, encabezando a la comitiva de autoridades que se dieron cita en uno de los mercados más auténticos y antiguos de León. La procuradora autonómica Teresa Gutierrez, el diputado provincial Joaquín Llamas, miembros de la Corporación municipal y alcaldes de la comarca del Órbigo, entre otros, dieron fe del éxito de esta nueva edición de la Feria del Ajo.
Uno de los momentos más animados llegó en torno a las 13.30 horas, con motivo de la degustación gratuita de tapas y apetitivos de ajo regados con vino de la tierra, en el expositor del Ayuntamiento. Y no menos afluencia fue teniendo durante la mañana, como también se podía por la tarde, la visita guiada al impresionante reloj de la torre, fechado en el año 1.590 y cuyo guía explicaba su historia y el funcionamiento de antigua maquinaria.
Por la noche está prevista una tirada de fuegos artificiales que resulta espectacular, por celebrarse en el reflejo del agua del azud del río Órbigo, y para la jornada de mañana un momento álgido será el desfile de las originales y divertidas carrozas, a partir de las siete de la tarde por las calles de la villa.
Los ajos premiados
En el celebrado concurso de ristras, cabezas y ajos, hubo más competencia que nunca, ya que fueron 26 los presentados. Los principales premios fueron repartidos entre la ribera del Órbigo y la localidad zamorana de Cuelgamuros, en Zamora.
El mejor ajo blanco recayó en Aurori Fernández, de Villares de Órbigo, el morado fue para Mª Martínez, de Armellada. Por su parte, la ristra más espectacular en su elaboración fue la presentada por José Sutil Pellitero, de Grisuela del Páramo, y la de ajo morado para Jacineto Fernández, de Cuelgamuros. Y esta misma localidad, y una única cultivadora, Pilar Rodríguez, se quedó con los dos premios de mejor cabeza, tanto de ajo blanco como morado.
