Especialidades médicas

Hace exactamente dos legislaturas cuando el vetusto ambulatorio de Astorga, de los años 70, fue sustituido por un moderno Centro de Especialidades Médicas. En un mundo donde todos queremos al médico al lado de casa, era una apuesta a aplaudir por la Consejería de Sanidad. Pasados casi ocho años, medio edificio sigue sin ocuparse. Invito a quien lo desee a que contemple quirófanos de cirugía menor embalados, camillas, mobiliario y grandes espacios que ocupan el vacío existencial de una administración que, con estas evidencias, demuestra fallos incomprensibles.

De las cuatro especialidades a mayores prometidas, rien de rien, y en estas llegó el PP tras 35 años de democracia al Ayuntamiento de la bimilenaria ciudad maragata. Su equipo ha heredado una situación incómoda, pues se esperaba después de haber pasado el ecuador de la legislatura, alguna solución a esta falta de especialistas médicos que obligan a trasladar a León, a alargar las listas de espera y a veces hasta el gasto de ambulancias, a toda una serie de comarcas como: Maragatería, Cepeda, Órbigo y parte de Cabrera. Una comisión de alcaldes de todos los colores ha establecido contactos con la Consejería de Sanidad, pero sin avances dignos de mención. Incluso el helipuerto, que no deja de ser una planchada de asfalto, tampoco se ha realizado como la propia inauguración oficial del nuevo -ya no tanto- centro de salud.

Y en río revuelto ganancia de pescadores. La izquierda moderada socialista y la radical de IU han promovido una plataforma por la sanidad pública que saca los colores a cada poco con movilizaciones, escritos y acciones de protesta no a la Consejería, que queda lejos, sino a los munícipes por compartir siglas y defensa de política sanitaria. Al fin, el gerente regional del Sacyl se desplazó ayer hasta Astorga y trajo una especialidad bajo su carpeta, urología. Algo es algo.

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