El lunes, Herrera dio el pistoletazo de salida. Ahora sí. En clave de certeza dubitativa de forma que se entienda pero que se pueda matizar. En este tipo de asuntos siempre hay que dejar una puerta abierta a lo que pueda venir. Es lo que tiene la dilatada experiencia. Y tras las declaraciones del manido «va siendo hora» los imaginarios ríos de tinta y la nube de palabras no han cesado de brotar como las setas en Castilla y León, por cierto, estupenda despensa otoñal la de nuestros campos.
No es bueno que un nombre salga pronto si no es el que vaya a ser presidente regional del Partido Popular. La atención se focaliza en el personaje y la presión también. Sin embargo, nadie pone en duda, cuando ni tan siquiera hay fecha de Congreso, que Antonio Silván y Alfonso Fernández Mañueco parten con ventaja en las quinielas.
El alcalde de Salamanca es el número dos orgánico, si bien sus intenciones se vieron hace tiempo y sus alianzas interprovinciales llegaron a suscitar algún que otro roce y calentamiento neuronal en María de Molina. Alfonso ha aprendido mucho, tiene un gran expediente y apoyos en al menos dos o tres provincias.
El alcalde de León sorprendió a todos con su aparente descenso a la política local, del superconsejero a primer edil leonés, justo eso le ganó aún mayor querencia y méritos frente al partido en Valladolid y Madrid. También sobrado de currículum y quizás con mayor proyección mediática que el charro. Él afirma estar tranquilo y trabajando a gusto en el Ayuntamiento. Muchos lo daban como seguro presidente provincial con el actual, Eduardo Fernández, como número dos. Así todo tranquilidad en León.
Finalmente, la tapada, que no era otra que Rosa Valdeón, se cayó, pero otra persona puede ocupar esa posición. Siempre hay que dejar una puerta abierta.
Para ABC